A veces, una pareja viene a verme y me doy cuenta de que han estado peleando en el coche. Su lenguaje corporal es casi un reflejo del del otro; si pudieran sentarse espalda con espalda, lo harían. Mi trabajo consiste en conseguir que se comuniquen.
Llevo 14 años como asesora de relaciones y he visto todo tipo de parejas con todo tipo de problemas. Algunas han dejado de tener sexo, otras creen que tienen demasiado sexo. A veces chocan en los estilos de crianza, otras veces llevan décadas juntos y ya no se hablan.
Mi trabajo me da mucho poder porque puedo marcar la diferencia. Uno no suele escuchar lo que su pareja le dice cuando le habla directamente. Así que en mis sesiones, me convierto en una pizarra. Las parejas escriben en mí -es decir, me hablan- y, por primera vez en muchos años, un cliente puede escuchar lo que su pareja dice realmente.
Por supuesto, a veces el problema no es simplemente de comunicación. Muchas parejas han acudido a mí porque ellos o su pareja han tenido una aventura.
La infidelidad no consiste sólo en que alguien tenga una relación física con otra persona. Según mi experiencia, hay cuatro categorías diferentes de engaño.
1. La aventura amorosa fantasma
He tenido clientes que se han sentido fatal por tener sentimientos hacia su compañero, y normalmente es un compañero de trabajo. Aman a su pareja, pero esta nueva persona les dice: "Hola sexy, hoy estás preciosa", y les hace cumplidos, cosa que su pareja ya no hace. Es una patada positiva para su ego.
No tienen una relación física con ellos, es puramente emocional. Es casi una relación amorosa fantasma, nunca va a ser real, y mi cliente no quiere que sea real. Puede que diga: "Me gustaría que estuviéramos juntos" a esta persona, pero en realidad no quiere eso. Siguen queriendo a su pareja. Además, ¿qué harían con sus hijos? ¿Y cómo repartirían su preciosa casa?
2. Deslizamiento en Tinder
Muchos de mis clientes visitan sitios de citas, aunque tengan pareja. La razón principal suele ser el sexo.
Uno de mis clientes tenía una pareja a la que quería mucho, pero no podía dejar de visitar Tinder y Bumble. Normalmente, se "sexteaba" con gente y se masturbaban juntos. Más raramente, quedaba con ellos para tener sexo. Para él era sólo algo físico. No necesitaba saber sus nombres ni nada sobre ellos; de hecho, cuanto menos supiera, mejor para él.
Su pareja lo descubrió y le dijo: "¿por qué lo haces?" y él nunca pudo explicar realmente por qué. Él y su pareja seguían teniendo una vida sexual activa, pero ella no podía darle todo el sexo que él quería, así que encontró la manera de conseguirlo. Se sentía fatal por ello. Era casi una adicción.
3. Sexo sin sentimientos
He visto casos en los que alguien no ha tenido sexo con su pareja durante los últimos cinco años, y de repente se siente atraído por otra persona. Tuve un cliente, por ejemplo, que vino a verme y me dijo que tenía una situación de "amigos con derecho a roce", de la que su pareja se había enterado. Describió a esta otra mujer como un simple "rollo de una noche".
Su pareja estaba allí y le dijo: "Tuviste relaciones sexuales con esta persona durante seis meses, ¿cómo puedes llamarlo una aventura de una noche?".
Él dijo: "Fue una aventura de una noche porque no significó nada". Para él, era sólo una salida física, nada más que sexo.
Eso lo veo a menudo. El engaño físico a menudo comienza como algo puramente sexual, no emocional, pero rara vez se queda así. A menudo, la segunda pareja empieza a sentirse más involucrada y quiere la emoción. He visto ocasiones en las que esta persona escribe al marido o a la mujer y le dice: "Tu pareja tiene una aventura conmigo. No te aman, me aman a mí". Esto se ha vuelto más común con la llegada de las redes sociales.
4. Buscar la juventud perdida
He visto hombres que se sienten atraídos por mujeres mucho más jóvenes. Tuve un cliente de 50 años que se iba de vacaciones dos semanas al año y tenía relaciones sexuales con mujeres más jóvenes, y luego regresaba al Reino Unido. Vinieron a verme juntos.
Incluso en casos menos extremos, existe un patrón de personas que engañan a sus parejas más jóvenes como una forma de buscar su juventud perdida. Siempre asumimos que son sólo los hombres los que lo hacen, pero también he visto a mujeres que dejan a sus parejas por hombres más jóvenes.