¿Qué es la filosofía del "largo plazo" de Musk y cómo impulsa la exploración espacial?


La filosofía del "largoplacismo" de Elon Musk inspira la exploración espacial, pero también podría priorizar el futuro de la humanidad sobre la vida de los seres humanos.



En un tuit reciente, Elon Musk respaldó el "longtermismo", una filosofía a la que se atribuye el impulso de la exploración espacial, quizá en detrimento de las personas que viven hoy en día. Este enfoque orientado al futuro puede no ser una gran sorpresa, teniendo en cuenta que Musk ha descrito con frecuencia su objetivo de ayudar a la humanidad a evitar la extinción mediante la evolución para convertirse en interplanetaria. Musk pretende facilitar el camino de la humanidad hacia la redundancia planetaria con el proyecto de colonización de Marte previsto por SpaceX. Sin embargo, el apoyo explícito de Musk al "largoplacismo" puede ayudar a los fans y a los críticos a entender mejor las motivaciones del excéntrico multimillonario.


Las acciones de Musk han dado a entender que se centra en el futuro en lugar de en el presente, para disgusto del público. Aunque sus objetivos a largo plazo pueden ser dignos de elogio, muchos han señalado que su enfoque a largo plazo a veces se produce a costa de las poblaciones vulnerables que necesitan apoyo inmediato. Musk se ha mostrado relativamente indiferente en las conversaciones sobre los costes medioambientales y humanos de la extracción de litio, que actualmente es necesaria para construir baterías como las que utilizan los vehículos Tesla. Más recientemente, la figura pública ha sido ampliamente criticada por anunciar que financiaría el Programa Mundial de Alimentos si mostraban cómo la riqueza de Musk podría acabar con el hambre en el mundo, para luego no cumplirlo cuando la organización publicó su propuesta.


Aunque el largoplacismo puede parecer superficialmente benigno, ha sido criticado como un escudo filosófico que permite a las élites ricas actuar en su propio interés. El longtermismo se basa en la creencia de que "afectar positivamente al futuro a largo plazo es una prioridad moral clave de nuestro tiempo". Es esta definición la que Musk retuiteó a principios de este mes, escribiendo "Esto coincide con mi filosofía". A primera vista, la idea de que la gente del futuro importa es indiscutible. Sin embargo, muchos acudieron a Twitter para señalar que el largoplacismo se utiliza a menudo para justificar el daño a las personas del presente. Por ejemplo, los Teslas han reducido las emisiones mundiales de CO2, lo que supone un gran beneficio para el futuro, pero el origen de los materiales utilizados para fabricar los Teslas está asociado a importantes violaciones de los derechos humanos, principalmente en el Sur Global. En un reciente episodio del podcast Tech Won't Save Us, el autor Émile P. Torres describe el largoplacismo como "una visión del mundo casi religiosa que no sólo dice que estás excusado éticamente de preocuparte por, por ejemplo, la gente más pobre del mundo, sino que también eres mejor persona, en realidad, por centrarte en el largo plazo".


El largoplacismo da prioridad a la humanidad por encima de los seres humanos



Al describir su motivación para llevar a la gente a Marte, Elon Musk ha sido claro en cuanto a que está arraigada en la anticipación del futuro lejano. En las entrevistas, Musk afirma que las civilizaciones humanas en Marte serán esenciales dentro de "unos 500 millones de años", cuando se prevea que la Tierra esté demasiado caliente para sustentar la vida. Sin embargo, el hecho de que Musk se centre en el futuro lejano de la muerte por calor del planeta pone de relieve los peligros del largoplacismo como mentalidad. La prioridad de Musk no es el calentamiento más inmediato del planeta -el calentamiento global- que promete dislocar y matar a millones de personas que actualmente habitan la Tierra. Sus planes de colonización de Marte no son la evacuación de un planeta asediado.


El largoplacismo privilegia centrarse sólo en las catástrofes que podrían llevar a la extinción humana, y confía en que todos los problemas menores, por trágicos que sean, no afectarán negativamente a la capacidad de supervivencia de la especie. Algunos críticos se preguntan: ¿qué sentido tiene preservar la humanidad si tantos millones de vidas humanas son tratadas como prescindibles? El largoplacismo es un movimiento creciente, apoyado y financiado por multimillonarios como Musk y Peter Thiel. A medida que se hace más conocido, los partidarios de Elon Musk deben considerar la estimulante promesa de un futuro interplanetario junto a las consecuencias de dejar que tantos sufran en la Tierra en el presente.

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