La estrategia del ex presidente Donald Trump de respaldar a los candidatos de mitad de período que luego ganan sus respectivas elecciones se enfrenta a una nueva mancha a medida que más de sus elegidos se enfrentan a la derrota en las elecciones del martes.
El martes, las elecciones para los candidatos del GOP tienen lugar en cuatro estados: Alabama, Arkansas, Georgia y Texas. Al igual que en las primarias de otros estados, Trump ha respaldado a varios candidatos, incluidos los titulares que ya eran favoritos para ganar sus carreras.
Donde Trump ha asumido el mayor riesgo es en la carrera por la gobernación del GOP en Georgia, donde ha apoyado al ex senador David Perdue frente al popular gobernador republicano Brian Kemp.
Trump ha señalado a Kemp para criticarlo y atacarlo repetidamente después de que el gobernador no apoyara las afirmaciones infundadas del ex presidente sobre el fraude electoral generalizado en el Estado del Melocotón en torno a las elecciones de 2020.
Parece que el riesgo no ha dado resultado. Según una encuesta de Fox News publicada el 18 de mayo, Kemp mantiene una abrumadora ventaja de 32 puntos sobre Perdue (60 por ciento a 28 por ciento), lo que significa que el gobernador tiene casi asegurado el triunfo de la candidatura republicana para las elecciones intermedias de noviembre.
Si Kemp vence a Perdue, será la tercera vez que un candidato a gobernador apoyado por Trump pierde las elecciones.
En Nebraska, Charles Herbster perdió ante Jim Pillen, lo que puso fin a la racha de 55-0 de Trump en la elección de candidatos ganadores. Mientras tanto, en Idaho, la candidata de extrema derecha, la vicegobernadora Janice McGeachin, fue derrotada por el gobernador Brad Little.
En las primarias para la secretaría de Estado de Georgia, Trump también ha respaldado a un candidato, el congresista Jody Hice, en un intento de desbancar al actual Brad Raffensperger.
Raffensperger es otro funcionario que recibió el desprecio de Trump por negarse a anular los resultados de las elecciones de 2020. Raffensperger es conocido por estar al otro lado de la llamada telefónica en la que Trump le pidió ayuda para "encontrar 11.800 votos", lo que declararía al entonces presidente ganador en el estado.
