Aunque Dragon Ball ha tenido una única broma durante toda la saga, el villano más aterrador que apareció en Dragon Ball Super, la llevó demasiado lejos.
A lo largo de toda la continuidad de Dragon Ball, ha habido un chiste recurrente que se ha hecho obvio por una serie de llamadas de los fans, pero el villano más aterrador de la serie acaba de añadir humor de una manera que todo el mundo pasó por alto. Moro es un malvado hechicero que debutó en Dragon Ball Super tras escapar de la Prisión Galáctica. Moro es único en el universo de Dragon Ball, ya que es un luchador que maneja la magia, y utiliza esa magia para consumir planetas enteros, extrayendo el poder de la muerte de trillones de formas de vida. Aunque no cabe duda de que es absolutamente aterrador, la situación en la que se encuentra Moro al final de su carrera es indudablemente divertida, ya que perpetúa el chiste más largo de Dragon Ball.
En el capítulo 65 de Dragon Ball Super, de Akira Toriyama y Toyotarou, Moro y Goku se encuentran en medio de su batalla final, una que decidiría el destino de la Tierra e incluso de todo el universo. Sin embargo, Goku tiene una gran ventaja sobre Moro en este momento, ya que ha conseguido desbloquear el Ultra Instinto, un nivel de poder que supera incluso a los Dioses de la Destrucción. Mientras Moro parece estar a punto de perder el combate, es capaz de copiar el Ultra Instinto y ejercer el poder angelical como propio. Después de esto, Moro y Goku estuvieron igualados durante un tiempo, sin que ninguno de los dos fuera capaz de superar al otro. Sin embargo, como Moro se limitó a copiar la habilidad, su cuerpo no estaba preparado para manejar semejante poder cósmico, así que Moro se fusiona con toda la Tierra para sobrevivir y se convierte literalmente en uno con el propio planeta.
El chiste recurrente a lo largo de Dragon Ball es que el nombre de casi todos los personajes está asociado a algún tipo de alimento. Kakarot para zanahoria, Vegeta para verdura y Piccolo para pepinillo, por nombrar algunos. Los personajes más poderosos, siendo Goku y Vegeta los principales ejemplos, se asocian con alimentos saludables que ayudan a crecer grandes y fuertes, tal y como hacen los saiyans a lo largo de la serie, haciendo muy evidente el tema de "eres lo que comes". Pues bien, Moro lleva este chiste un paso más allá, ya que el hechicero se convierte en un planeta después de toda una vida consumiendo planetas, haciendo que el dicho "eres lo que comes" sea hilarantemente literal.
El tema de la comida en Dragon Ball no se limita a los nombres de los personajes o a la exagerada literalidad de Moro, sino también a varios de los intereses de los personajes. Goku es un claro ejemplo de ello, ya que está obsesionado con la comida, ya que se le muestra comiendo montañas de ella de una sola vez, normalmente para asombro y disgusto de otros personajes cercanos. Del mismo modo, el Dios de la Destrucción, Lord Beerus, está aún más motivado por la comida, ya que destruye mundos enteros si no le gusta su cocina.
Desde el gran interés de los personajes por la comida hasta la asociación de algunos de sus nombres con la comida, esta broma continua convierte a Dragon Ball en una serie que podría decirse que trata de un grupo de amantes de la comida que también luchan. Esta coherencia humorística ha estado presente a lo largo de toda la saga de Dragon Ball, pero finalmente se ha superado con Moro convirtiéndose literalmente en lo que come: un planeta real.