Las relaciones nos conectan en este mundo con los demás. Tenemos muchos tipos de relaciones: parentales, de hermanos, de amigos, profesionales y amorosas. En todas estas relaciones pasamos por muchas fases. Los altibajos forman parte de nuestra vida y de nuestras relaciones. La mayoría de nosotros puede soportar las rupturas en la mayoría de las relaciones mencionadas, excepto las del amor. ¿Por qué? ¿Quién sobrevivirá a una ruptura en una relación romántica y quién quedará destrozado? Discutamos.
Cuanto mayor sea la atracción, mayor será el choque. Cuanto más cercanos seáis, la ruptura os provocará un mayor impacto. Es una ecuación muy sencilla. Pero recordemos que la vida no está hecha de ecuaciones y las emociones no se comportan matemáticamente. Así que todo se reduce a la personalidad. Hay quienes esperan que la relación se rompa tarde o temprano. Son pesimistas y se autodenominan prácticos. Estas personas nunca se sorprenden si la relación se rompe. Pueden preguntarse los motivos, pero no sufrirán un trauma.
En el otro extremo, tenemos a algunas personas que creen que están hechas la una para la otra y que la relación, la lealtad y la fidelidad durarán toda la vida y si es posible más allá. Esta es la clase vulnerable. Si por mala suerte, son abandonados por la pareja, sufrirán un trauma muy fuerte. Nunca creerán que esto pueda ocurrir y se pasarán toda la vida preguntándose cómo ha sucedido. Su fe en la pareja es absoluta. Son los que más confían en su pareja y para ellos el choque de la confianza rota es insoportable. Necesitan ayuda psiquiátrica. Con suerte, con ayuda profesional pueden recuperarse. Pero a veces el trauma es incontrolable. Pierden la fe en la vida y en todos los demás. La traición mata su núcleo interno y la voluntad de seguir adelante. Si eres de este tipo, por favor, entra en cualquier relación con la conciencia de que tu pareja puede no ser tan honesta como parece.
La relación es un sentimiento hermoso y una experiencia maravillosa. Uno cuida la relación como se cuida una planta tierna. Uno entrega todo su ser a la relación. Por lo tanto, la ruptura se vuelve insoportable. A veces siento que el mundo es para las personas que son prácticas y nunca permiten que su corazón domine su mente.
