5 consejos para sobrevivir a un jefe injusto




Todos los trabajos tienen estrés, pero el ambiente laboral puede parecer casi insoportable cuando se trabaja para un jefe demasiado exigente o injusto. No tiene por qué gustarte tu jefe, pero sí tienes que ser capaz de convivir y cooperar con él para ser productivo y tener éxito en tu trabajo.


Aparte de que se produzca un cambio, como comenté en el artículo ¿Infeliz en el trabajo? Se avecina un cambio, no hay una solución perfecta para lidiar con un jefe difícil, pero aquí hay cinco sugerencias que podrían hacer que su situación sea un poco menos dolorosa.


#1) Piensa en tu jefe como un padre y en ti como su hijo adolescente.


Esto parece una tontería al principio, pero la relación entre usted y su jefe es muy similar a la que existe entre un padre y un hijo. Los adolescentes suelen tener problemas con la autoridad y sufren desacuerdos con sus padres. Mientras tanto, los padres suelen crear reglas que el hijo considera injustas. Si la situación se agrava lo suficiente, en cuanto el niño es lo suficientemente mayor encuentra la manera de irse y arreglárselas por su cuenta. Los padres no son perfectos y los jefes tampoco: ambos cometerán errores.


#2) Haz el mejor trabajo que puedas.


A veces el niño se porta mal.


J. Paul Getty dijo una vez: "El empresario suele tener los empleados que se merece".


Asegúrate de que eres el tipo de empleado que querrías que trabajara para ti si fueras el jefe. Sé que esto va en contra de la noción de venganza y de arropar a un jefe injusto siempre que sea posible, pero haciendo el mejor trabajo posible le das al jefe injusto menos munición que pueda usar para hacerte la vida imposible. Además, puede que se lo piense dos veces antes de molestar a uno de sus mejores empleados cuando hay muchos otros objetivos más fáciles a los que puede apuntar.


No llames la atención. A no ser que seas el único al que tu jefe le tiene manía, debería haber muchos otros para alejar su ira de ti. Deja que otro lleve la diana en la espalda.


#3) Aprende todo lo que puedas de un jefe injusto.


Podemos aprender algo de todas las personas con las que entramos en contacto. Si bien de un buen jefe podemos aprender buenas técnicas de gestión, también es cierto que de un mal jefe podemos aprender cómo no actuar. No te limites a sufrir, saca algo de la situación que te beneficie en el futuro. Observa cómo maneja tu jefe las diferentes situaciones y toma nota mentalmente de qué técnicas han funcionado y cuáles han fallado.


#4) Olvídate del ayer.


El día de ayer es historia, se ha acabado. Intenta no dejar que los problemas de ayer estropeen el día de hoy. En lugar de eso, empieza cada día con una perspectiva nueva y positiva, diciéndote a ti mismo que hoy va a ser mejor.


A veces nos dejamos llevar por la rutina, esperamos lo peor y actuamos en consecuencia: inconscientemente obligamos a una persona (en este caso, a nuestro jefe) a actuar como esperamos que lo haga. Asegúrate de que no estás echando leña al fuego sin querer. Empezar cada día con una pizarra fresca es la mejor manera de superar las diferencias anteriores. Aferrarse al rencor sólo te perjudica a ti mismo.


#5) Asume la responsabilidad.


No esperes que otra persona acabe con tu sufrimiento.


Quejarse es fácil, pero sirve de muy poco. Preocuparse por un problema no hará que desaparezca, mientras que perder el sueño y darle vueltas a un asunto sólo hace que parezca peor. Nunca serás feliz si te centras en la preocupación. Si realmente te encuentras en una situación que te causa dolor, tienes que empezar a tomar medidas para mejorar la situación.


El filósofo romano Sallust dijo que cada hombre es el arquitecto de su propia fortuna.


¿Has buscado realmente otro trabajo? ¿Ha intentado mejorar sus habilidades a través de la formación interna, los centros de aprendizaje para adultos, los libros o los cursos por correspondencia? Incluso el más pequeño paso en la dirección correcta es un progreso. Un jefe obstinado no va a cambiar su forma de actuar, pero tú puedes mejorar tus propias habilidades. ¿Por qué no dejar que tu jefe difícil sea la motivación que utilices para mejorar?



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