La ciudad de Jerusalén se encuentra en shock después del tiroteo que se produjo en una sinagoga en la tarde del martes. Según las autoridades, un hombre armado abrió fuego contra los congregados, dejando siete personas muertas y tres heridas. El atacante fue abatido por la policía en el lugar.
El incidente, que se ha condenado enérgicamente por las autoridades israelíes y por líderes internacionales, ha sido descrito como un ataque terrorista antisemita. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho que el país "no tolerará ningún acto de violencia y terrorismo" y ha prometido "hacer todo lo necesario para garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos".
La comunidad judía de Jerusalén y de todo Israel está de luto y en shock, y se han organizado varios actos de solidaridad con las víctimas y sus familias. Los líderes religiosos han llamado a la calma y a la unidad, mientras que los líderes políticos han prometido tomar medidas para garantizar la seguridad en los lugares de culto.
Este tiroteo es el último de una serie de incidentes violentos en Jerusalén y en todo Israel en los últimos meses, y ha sido condenado por líderes mundiales de diversas religiones y credos. Se espera que las investigaciones continúen para determinar las causas detrás de este acto de violencia y para encontrar formas de prevenir futuros incidentes.