Teoría del Valle Asombroso: Robots con características humanas que se abrazan



Mientras que las máquinas que parecen demasiado humanas pueden ser desconcertantes, los estudios indican que los robots de aspecto mecánico con comportamiento similar al humano pueden ser empáticos.



Se ha hablado mucho del infame efecto Uncanny Valley, pero fuera de ese valle hay una gran cantidad de datos y experiencias que demuestran que los rasgos humanos de los robots los hacen más empáticos y dignos de confianza que las máquinas completamente inhumanas. Los robots son cada vez más frecuentes en las aplicaciones industriales y comerciales, y la desconfianza hacia ellos no hace más que aumentar. Se está estudiando la posibilidad de investigar este fenómeno para crear robots con los que las personas puedan tener interacciones más positivas.


El Uncanny Valley se refiere al fenómeno en el que cuanto más humano es algo, más atractivo resulta para los humanos, hasta que se llega a un punto en el que el sistema no parece del todo correcto y se vuelve inquietante. El nombre proviene de la visualización de un gráfico en el que el eje horizontal representa el grado de similitud humana de una máquina y el eje vertical el grado de simpatía o confianza que los humanos perciben en ella. A medida que se añaden rasgos humanoides a las máquinas, como ponerles nombres u ojos saltones, las máquinas tienden a hacerse más entrañables. El "valle" se refiere a un punto en el gráfico en el que el robot es casi completamente humano en su apariencia y articulación, pero todavía hay algunos defectos en la fachada, y como tal la máquina se siente inquietante para los humanos y el gráfico toma una fuerte caída en el eje vertical. Este fenómeno se ha convertido en memético en las últimas décadas como respuesta a los animatronics de aspecto humano o a los visuales generados por ordenador en los medios de comunicación.


La infamia del Valle ha eclipsado en cierto modo el resto de la teoría presentada, según la cual los rasgos humanos de los robots pueden hacer que un humano se sienta atraído por ellos, siempre y cuando el robot siga teniendo un aspecto mecánico y sea fácilmente reconocible como una máquina. Una nueva investigación de la Asociación Americana de Psicología indica que hacer que un robot imite las peculiaridades, los gestos sociales y los patrones de habla de los humanos hace que sea más probable que confíen en él y lo acepten. Se realizaron pruebas en las que el mismo modelo de robot interactuaba con diferentes sujetos; en dos de ellas, el robot era controlado a distancia por un humano para que mantuviera el contacto visual y respondiera de forma más emocional, y en otra prueba el robot no tenía estos comportamientos similares a los humanos y se movía de forma más mecánica. Los datos mostraron que los ensayos con comportamiento humano hicieron que un mayor número de sujetos de prueba sintieran que el robot era capaz de pensar realmente y que podía considerarse una entidad propia en lugar de un dispositivo.


Los beneficios de la socialización entre humanos y robots




La inteligencia artificial todavía no es capaz de pensar, sentir o emocionar, pero los robots pueden programarse para aprender y simular exteriormente estas cosas. Este mero acto de simulación parece ser suficiente para que los humanos sean más capaces de empatizar con una máquina, lo que podría llevar a una mejor interacción social entre humanos y robots diseñados de esta manera. Mejorar la socialización entre humanos y robots podría mejorar la capacidad de un robot para realizar su trabajo en diversas situaciones sociales, como los robots diseñados para asistir a los pacientes en los campos de la medicina y las instalaciones de vida asistida. Es más probable que los pacientes acepten la ayuda y las instrucciones de un robot que se sienta más empático y digno de confianza que uno que no lo haga.


Este fenómeno ya se ha observado y utilizado en el diseño de productos y en los medios de comunicación, por ejemplo, el personaje Baymax de la película Big Hero 6; un robot puramente insensible construido para ayudar a los humanos que está diseñado para interactuar socialmente con los humanos y parecer humano, aunque no parece lo suficientemente humano como para caer en el Uncanny Valley. Los robots reales podrían diseñarse pronto para aprovechar esta tendencia y establecer una relación con los humanos. La verdadera articulación e inteligencia humana en las máquinas está muy lejos, pero las sutilezas simuladas podrían empezar a ayudar en las relaciones entre humanos y robots en un futuro próximo.

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