El bulldog inglés es un pequeño y musculoso animal cuyo característico contoneo en forma de cangrejo desprende gran fuerza, estabilidad y vigor.
La cabeza del perro es grande y esférica, y el hocico es extremadamente corto, lo que da a la cara un aspecto aplanado. Los ojos del bulldog inglés son oscuros y se sitúan bajos y anchos en la frente, en el plano frontal. La nariz es negra y está ligeramente inclinada hacia arriba. Las mandíbulas (o "chuletas") son macizas, anchas y protuberantes. La mandíbula inferior sobresale por delante de la superior y apenas deja ver los incisivos inferiores, lo que produce una sonrisa cómica. Los labios son carnosos y colgantes. Las mejillas son bien redondeadas y sobresalen lateralmente. Las orejas son finas, pequeñas y se inclinan hacia delante como colgajos que enmarcan la frente.
El cuello del bulldog inglés es corto y grueso; los hombros son macizos, musculosos y anchos. El pecho es profundo y lleno, y el lomo es barrado y ligeramente arqueado. Sus caderas redondeadas sobresalen ligeramente del nivel de la espalda. La cola rechoncha es gruesa y recta o enroscada. Sus patas cortas y robustas tienen una gran definición muscular. Están extendidas y ligeramente arqueadas en los codos y los corvejones para formar una postura robusta y de base ancha.
El bulldog inglés mide unos 25 centímetros. La hembra pesa unos 23 kg y el macho unos 24 kg.
La piel del bulldog inglés es suelta y colgante, con fuertes arrugas y gruesos pliegues en la cara y una papada que cuelga de la garganta. El pelaje es corto y de textura fina. Los distintos patrones de color son atigrado, picazo y blanco sólido, rojo, leonado o barbecho.
Personalidad:
El bulldog inglés tiene un carácter dulce y apacible. Confiable y predecible, el bulldog es una maravillosa mascota familiar y cariñosa con la mayoría de los niños. Como raza orientada a las personas, solicitan activamente la atención humana.
Sin embargo, han conservado la valentía que se les inculcó originalmente para la caza de toros, por lo que son buenos perros guardianes. Aunque generalmente se llevan bien con otras mascotas de la familia, los bulldogs ingleses pueden ser agresivos con perros desconocidos.
Vivir con:
Los bulldogs ingleses son buenas mascotas de apartamento y no necesitan un patio. Suelen ser perros de baja resistencia y sólo necesitan una cantidad moderada de ejercicio. Se desenvuelven mejor en climas templados; se sobrecalientan fácilmente y tienen dificultades para respirar cuando hace calor, y se enfrían con facilidad cuando hace frío.
Los bulldogs ingleses, que suelen respirar de forma ruidosa, tienden a roncar y a resoplar. Muchos también babean. Su muda es moderada y su pelaje corto requiere poco aseo. Sin embargo, las arrugas de la cara deben limpiarse con regularidad para evitar infecciones de la piel.
Historia:
Llamado así por su uso en el deporte del cebo de toros, el bulldog inglés parece haberse originado en las Islas Británicas en algún momento antes del siglo XIII. Una de las pocas referencias a este deporte se remonta a 1209, y habla de los perros de un carnicero que persiguieron a un toro por la ciudad inglesa de Stamford. Esta persecución gustó tanto al conde de la ciudad que inauguró la caza de toros como deporte en sus dominios.
Hoy en día, el bulldog inglés es una buena mascota familiar. El AKC reconoce la raza simplemente como bulldog.