En el capítulo #155 de One Punch-Man, Saitama finalmente muestra su amistad y respeto por Genos, y el momento se celebra a todo color.
Después de tres años y medio de separación, el protagonista de One Punch-Man, Saitama, y su mejor (y único) discípulo, Genos, se reúnen por fin, y el artista de la serie, Yusuke Murata, ha celebrado el emotivo momento con una hermosa página a color en el último capítulo del exitoso manga.
One Punch-Man, con historia de One y arte de Yusuke Murata, sigue las aventuras de Saitama, un héroe profesional tan fuerte que sus combates terminan con un solo golpe. Constantemente aburrido por la falta de desafíos, Saitama ha perdido la motivación que le empujó a convertirse en héroe en primer lugar, hasta que conoce al cyborg Genos, un prometedor héroe que está subiendo la escalera de la Asociación de Héroes. Genos quiere hacerse más fuerte para vengarse del ciborg que mató a su familia y lo dio por muerto, así que, tras presenciar el increíble poder de Saitama, le pide que se convierta en su discípulo. El héroe calvo acepta sólo porque le resulta conveniente tener a Genos cerca para que le haga las tareas domésticas, pero poco a poco Saitama desarrolla una auténtica amistad y afecto hacia el joven ciborg. En el manga, Genos actúa a menudo como contrapartida cómica de las travesuras de Saitama. Es una persona intensa, inflexible en su búsqueda de la fuerza y la justicia, pero Saitama ha sido una influencia moderadora, ayudándole a relajarse y a adoptar un enfoque más comedido de sus objetivos.
La última vez que Genos y Saitama se mostraron juntos fue en el capítulo #91 del manga, publicado en marzo de 2018. Un grupo de héroes estaba pasando la noche en casa de Saitama, tras lo cual el protagonista salió a dar un paseo. Sin saberlo, su casa está construida sobre el cuartel general de la Asociación de Monstruos clandestina, y se adentró en la guarida del poderoso grupo, viéndose involucrado por pura casualidad en la batalla entre los héroes y los monstruos, que es el evento principal representado en el arco en curso "Asociación de Monstruos". Poco después, Genos también se une a la lucha, dirigiéndose a la base de la Asociación de Monstruos, pero los dos héroes lucharon en campos de batalla diferentes, sin cruzar sus caminos, hasta el recién estrenado capítulo #155. Saliendo por fin de la clandestinidad, Saitama encuentra a Genos destrozado (pero aún vivo) tras una feroz batalla contra los principales ejecutivos de la Asociación de Monstruos. Ignorando por completo a los enemigos restantes, Saitama se precipita al lado de su amigo. Es un momento hermoso y una rara muestra de emociones para Saitama, perfectamente captada por el artista Yusuke Murata.
El hecho de que Genos quede casi desmantelado es un tropo recurrente en el manga. Siempre se entrena para hacerse más fuerte y se mejora con nuevas piezas, hasta que se encuentra con un monstruo demasiado poderoso para superarlo y se ve obligado a ver cómo Saitama aparece y derrota al enemigo de un solo golpe. Es un acto que juega con el deseo de Genos de conocer el secreto de la fuerza de Saitama, algo que incluso el héroe titular desconoce. Después de la pelea con el Ciempiés Anciano, Genos, teniendo una crisis de confianza, le preguntó a Saitama de qué carecía, a lo que el héroe calvo se limitó a responder "Poder", una respuesta ingenua que, sin embargo, Genos interpretó que escondía algún significado más profundo. Por esta razón, fue realmente inusual ver a Saitama felicitando a su joven discípulo en el capítulo #155. Cuando Genos lamenta no haber sido capaz de autodestruirse para derrotar a sus enemigos, Saitama le pone una mano en el pecho y le dice: "Esta parte de aquí también se ha hecho más fuerte", tocando el núcleo de energía del cyborg, pero obviamente refiriéndose a su espíritu y a su voluntad de sobrevivir.
La relación entre Genos y Saitama es uno de los aspectos más divertidos de One Punch-Man. Ver al normalmente frío e inconsciente maestro acercarse finalmente a su discípulo y amigo fue una gran recompensa para los fans del manga. Se trata de un momento único, bellamente representado por el arte de Murata, y al que se le ha dado la importancia adecuada con el uso del color.
