Vitaminas Naturales vs Vitaminas Sinteticas
En el principio, Dios creó vitaminas enteras totalmente naturales, que estaban disponibles directamente de las verduras y las frutas. Entonces el hombre agotó el suelo de la tierra, robando a nuestros alimentos sus nutrientes naturales.
Las manzanas, los melocotones y la tarta de calabaza se volvieron menos deliciosos y no tan nutritivos como pretendía el Edén. No hay problema. Sólo hay que añadir azúcar, y saborizantes artificiales, y... ¡voilá! Para complementar nuestros alimentos sin comida, los hombres inventaron las vitaminas. Entonces los científicos dijeron: "¡Creemos vitaminas sintéticas!" De esta manera, serán realmente baratas de fabricar y esperemos que sean tan buenas como esas caras vitaminas naturales.
¡ERROR!
Ahora sabemos que las vitaminas sintéticas no son tan buenas como las vitaminas naturales. Ni siquiera se acercan.
Para demostrarlo, los experimentos han demostrado que cuando la luz polarizada se coloca a través de las vitaminas sintéticas, la luz actúa de manera muy diferente que cuando se coloca a través de las vitaminas enteras. Cuando la luz polarizada se coloca a través de vitaminas enteras, el haz de luz se dobla hacia la derecha. Cuando esta misma luz pasa a través de una vitamina sintética, el haz se divide por la mitad.
La ciencia no ha creado una vitamina equivalente a las vitaminas enteras de la naturaleza. Las vitaminas sintéticas sólo proporcionan la mitad de la actividad biológica que las vitaminas enteras. De hecho, las investigaciones demuestran que las vitaminas sintéticas pueden ser peligrosas para la salud.
Sin embargo, la mayoría de las vitaminas que se comercializan hoy en día utilizan vitaminas sintéticas despojadas en lugar de vitaminas enteras que provienen directamente de los vegetales y las frutas. La razón es sencilla: las vitaminas sintéticas son mucho más baratas de fabricar. Las personas que se preocupan por su salud deben apreciar la importancia de dar a sus cuerpos vitaminas enteras, junto con otros nutrientes críticos.
PELIGRO: EL ÁCIDO ASCÓRBICO
Un ejemplo perfecto es el ácido ascórbico, la forma sintética de la vitamina C. ¡El ácido ascórbico puede dañar el cuerpo al engrosar las paredes arteriales del corazón hasta dos veces y media! ¡Cuidado con el ácido ascórbico!
PELIGRO: LA VITAMINA E SINTÉTICA APESTA
Otro ejemplo es la vitamina E sintética. Se ha comprobado que tomar la forma sintética de la vitamina E absorbe las vitaminas y los minerales de los huesos. La vitamina E sintética puede hacer más daño que bien.
Enfréntese a los hechos: no hay ningún sustituto para las vitaminas y los minerales naturales de los alimentos integrales. El cuerpo humano necesita todo, desde la A hasta el Zinc, todo en la proporción correcta. El Diccionario Médico Taber dice que las vitaminas son esenciales para el metabolismo normal, el crecimiento y la vida del cuerpo. Son indispensables para el mantenimiento de la salud. Hasta hace poco, había un debate sobre la necesidad de tomar suplementos vitamínicos. Sin embargo, estudios de The Journal of American Medical Association concluyeron que todo individuo debería tomar un multivitamínico cada día, acabando así con la controversia.
El cuerpo empieza a pagar el precio cuando intenta compensar las deficiencias de nutrientes. A la larga, la mala nutrición puede tener consecuencias devastadoras. Algunas personas tratan a su cuerpo como si fuera invencible.
No te engañes. Tu salud no tiene precio. Dale a tu cuerpo lo que necesita y merece. En resumen, obtener los nutrientes y micronutrientes adecuados cada día es fundamental para mantener una buena salud.
NOTAS:
Taber's Cyclopedic Medical Dictionary, Edición 16. F.A. Davis Company: Philadelphia,1989, p. 2000.
JAMA 2002; 287:3116.
Vinson, J.A., Bose P. Comparative Bioavailability to Humans of Ascorbic Acid Alone or in a Citrus Extract. American Journal of Clinical Nutrition, 1998, Vol 38, No 3, p. 601-604.
Vinson, J.A., y Hsu. Effect of Vitamin A,E, and a citrus extract on in vitro and in vivo Lipid Peroxidation". Medical Science Research, 1992, 20, 145-146.
Duke, James. Handbook of Chemical Constituents of Grasses, Herbs, and other Economical Plants. CRC Press, Boca Ratón, 1992.